"Aún haciendo a un lado la inestabilidad debida a la especulación, hay otra inestabilidad que resulta de las características de la naturaleza humana: que gran parte de nuestras actividades positivas dependen más del optimismo espontáneo que de una expectativa matemática, ya sea moral, hedonista o económica. Quizá la mayor parte de nuestras decisiones de hacer algo positivo, cuyas consecuencias completas se irán presentando en muchos días por venir, sólo pueden considerarse como el resultado de los espíritus animales -de un resorte espontáneo que impulsa a la acción de preferencia a la quietud, y no como consecuencia de un promedio ponderado de los beneficios cuantitativos multiplicados por las probabilidades cuantitativas-"

John Maynard Keynes

jueves, 17 de febrero de 2011

Con la comida no se juega

Es sabido que el riesgo climático siempre fue el principal limitante para la producción agrícola y ganadera de los países. En los últimos años, se estuvieron produciendo fenómenos climáticos adversos con mayor intensidad y frecuencia, producto del cambio climático. Esto se reflejó en una mayor sensibilidad en las cotizaciones de los principales granos a partir de los cuales se produce el alimento que abastece el rápido crecimiento poblacional de los países en desarrollo.
A mediados del año 2010 se dio a conocer el estado de situación de una fuerte sequía en Europa del Este, principalmente en Rusia. Esto genero fuertes alzas en el valor del trigo debido no sólo a que este cultivo fue el principal afectado sino porque Rusia era, en la campaña anterior, el principal exportador a nivel mundial. En su calidad de sustitutos y complementos los demás commodities acompañaron la tendencia alcista.  Observen lo que sucede con los precios FOB Golfo de México (Estados Unidos) para maíz, trigo y soja en el último año (en dólares por tonelada):
Fuente: MAGyP

¿Qué es lo que le da firmeza a esto? Bueno, a pesar de que este nuevo aumento de precios comienza con una escasez de oferta de trigo que redirecciona la demanda de los países importadores hacia granos de otra procedencia, el crecimiento de la población económicamente activa en China e India significa que cada vez hay más bocas que alimentar. Preocupados por la seguridad alimentaria, estos países no sólo redujeron su saldo exportable de commodities sino que han pasado a ser importadores netos. Por citar el caso de China, seleccioné algunos productos que importa (en millones de dólares):
Fuente: Administración General de Aduanas, República Popular China.


En el caso de India: 
Fuente: Ministerio de Comercio e Industria, República de la India.

¿Qué pasa cuando hay problemas productivos en estos países? O se consumen los stocks propios o le compran a alguien.
¿A quién le compran?  Bueno, a los países que tienen excedentes exportables: Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Australia, Rusia, entre otros pocos. Es decir, en el corto plazo pueden cubrir los baches que se generan por la escasez de oferta producto de algún fenómeno natural. En el largo plazo, en la medida que los países empiecen a mirar puertas adentro se podrían generar mayores aumentos de precios de los alimentos que los que se están observando actualmente.
Además de la pata alimenticia del asunto, hay que considerar el rápido crecimiento de la industria de biocombustibles a nivel mundial. Esta demás decir que si se usa lo que está destinado a comida para hacer combustible estamos ante un conflicto de intereses que ya se manifiesta en varios países y que seguramente tendrá consecuencias presentes y futuras.
Si bien los biocombustibles no son un reemplazo total para los combustibles fósiles (no se podría abastecer el consumo actual ni destinando toda la superficie que hoy se destina a alimentos), ayudan en un escenario en el que cada vez se toma mayor conciencia de la necesidad de buscar fuentes alternativas de energía.
Bueno si sigo creo que me voy por las ramas. ¿Qué rol le toca asumir a Argentina en este escenario?
Nuestro país, más allá de las ventajas comparativas dinámicas que presenta para la producción de alimentos, también se encuentra cautivo del cambio climático. De hecho, hemos presenciado fuertes sequías e inundaciones durante los últimos años. Si se produce algún fenómeno climático extremo en el mundo, seguro tendremos una oportunidad para colocar nuestra producción a buenos precios. Pero así como le toca al mundo hoy, nos puede tocar a nosotros mañana y ya nos ha tocado en el pasado cercano. Es por ello que lo mejor es adaptarse a los tiempos que vienen, generar la información suficiente para disminuir los posibles daños y preocuparse por producir más y mejores alimentos.
¿Es este un escenario mundial sostenible en el tiempo y con fundamentals fuertes? ¿O estamos en presencia de otra burbuja? En el corto plazo, los shocks negativos de oferta son fenómenos que ya se podrían considerar como esperables más allá que se desconozcan la real magnitud que puedan llegar a tener, es por eso que los países mantienen stock de granos. Por otro lado, si bien los factores que impulsan la demanda (China, India, Biocombustibles) parecen ser fuertes, tampoco implica que tenga que haber tanta volatilidad. Mientras, de mantenerse la suba, mucha gente se podría ver perjudicada.
Con respecto a estos temas tan centrales para el mundo, se me viene a la mente una frase que me dijo alguna vez un profesor en la universidad: “la verdad nos la contaran los libros de historia”. Esperemos que alguien esté vivo para leerla.

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